Las fotografías que aquí hemos recopilado están tomadas del libro Imágenes del ayer. Memoria gráfica de una villa abulense, de CARLOS JAVIER GALÁN.

Un siglo de imágenes

En los veranos de 1998 y 1999 celebramos en El Hoyo de Pinares sendas ediciones de la exposición "Imágenes del ayer", que ha recogido varios centenares de fotografías de la historia local, desde finales del siglo XIX hasta la pasada década.

Las imágenes que recopilé fueron cedidas por vecinos del pueblo o veraneantes y se expusieron públicamente gracias a la cobertura organizativa de Cultura Joven y de la Peña Lolaila, y al patrocinio y colaboración del Ayuntamiento.

La iniciativa ha venido contando con una acogida muy favorable por parte de los cientos de visitantes, así como un notable eco en los medios informativos provinciales y regionales. Ahora, gracias a las entidades organizadoras y al decisivo patrocinio de la Caja de Ahorros de Ávila, aparece este volumen, que recoge una pequeña selección de esas imágenes expuestas. Selección que, por fuerza, ha de ser limitada y, posiblemente, subjetiva.

Hace un par de años, mientras curioseaba papeles de mi padre, encontré unas viejas fotografías que me resultaron interesantes, reflejo de una época, unos entornos y unos acontecimientos que yo no había llegado a conocer: un concurrido concurso de corte de troncos, un partido de baloncesto disputado en la Plaza de España, una procesión de San Isidro Labrador, una rondalla de hace medio siglo... Pensé que en muchas casas del pueblo posiblemente se conservaran estampas similares, y de ahí nació la idea que ha fructificado en las dos muestras y en este libro.

Ante éstas y otras imágenes, cuando se expusieron públicamente, pasaron niños preguntando a sus padres por rostros, actividades o edificios que ya sólo existen en el recuerdo. He visto a personas mayores evocar, creo que sin nostalgia pero con cariño, épocas muy difíciles, tiempos de luchar cada día, de hambre, de duros trabajos, un pasado sobre el que se ha ido asentando cuanto hoy somos. He visto a mucha gente reafirmar sus deseos de recuperar, en unos casos, y de no perder, en otros, nuestras tradiciones, porque forman parte irrenunciable de nuestra identidad. He sorprendido algunas lágrimas en los ojos al encontrarse con seres queridos que ya no están aquí. Y he visto también muchas y amplias sonrisas, he escuchado innumerables bromas, anécdotas, comentarios simpáticos. Hemos pasado, sin duda, buenos ratos comprtidos en torno a este puñado de imágenes para el recuerdo.

Ahora, como colofón de esta iniciativa, algunas de esas fotografías las dejamos definitivamente aquí, en estas páginas, reunidas para que otras miradas, otras generaciones, puedan conocer de forma gráfica algo de lo que ha sido durante décadas la vida cotidiana en nuestro pueblo.

Carlos Javier Galán

A todos cuantos han aportado fotografías para las exposiciones y para el libro, porque ellos son quienes han hecho realidad esta iniciativa.

A mis compañeros de Cultura Joven, asociación que, a pesar de sus altibajos, ha hecho decisivas aportaciones a la promoción cultural de nuestro pueblo.

A todos los amigos de la Peña Lolaila, por haber apostado por la recuperación de nuestras tradiciones y nuestra memoria colectiva y por haber dado su cobertura y su colaboración entusiasta a estas exposiciones.

A la Caja de Ahorros de Ávila, por su patrocinio, imprescindible para que este libro vea la luz.

Al Ayuntamiento de El Hoyo de Pinares, que ha apoyado resueltamente el proyecto.

A Arantxa, que me aguanta, entre otras muchas cosas, esta pasión por bucear en el pasado de mi pueblo, e incluso me ayuda a pasar del tiempo que le roba a ella.

A Rocío Álvarez y a Ángel Fernández, por su importante colaboración en la difusión y en el desarrollo de esta actividad.

A Croquis y a Sersa, por el buen resultado y el "precio de amigo" en las reproducciones fotográficas para las exposiciones de 1998 y 1999, respectivamente.

A Fernando Yagüe, de Gráficas Anya, por aguantar que siempre queramos los trabajos "para ayer".

A Paco Ortiz, a Fátima Martín, a Mario Marín y Clara Montwero, a Cristina Propios..., y a todos los que me han dado ánimos para que esta idea saliese adelante.

Las fotografías de las exposiciones (*)
y del libro han sido aportadas por: